La identidad digital se debe ir construyendo poco a poco. Supone tener presencia en Internet por lo que debemos andar con cautela y precaución sobre lo que subimos o publicamos.La gente que tiene un perfil en Facebook o Tuenti y twittea sus pensamientos o acciones al segundo aumenta cada día. Internet ha evolucionado hasta traernos poderosas herramientas para no sólo usar la red, sino estar en, y por tanto, ser, ella.
Las TIC están creando una identidad expandida en la mayoría de sus usuarios. Potencian sus habilidades y los capacitan para estar en contacto con otros con diferentes niveles de relación, intimidad, compromiso, etc. Por eso vemos la creación de nuevos grupos, comunidades y relaciones de contacto o amistad virtual que están creando un nuevo tejido social.
Una gran parte de los internautas ya están desarrollando esas capacidades y utilizando las ventajas de la identidad digital en diferentes oportunidades con diferentes grados de compromiso, adscripción o revelación de su privacidad.
Teniendo en cuenta todo esto, nos debemos cuestionar si se están sustituyendo las relaciones personales “cara a cara” por las relaciones cibernautas. En mi caso concreto he de decir que no. Nos ayudan a estar más al día de lo que ocurre en nuestros grupos más cercanos: familia, amigos, etc. El hecho de estudiar fuera y tener una cuenta en Tuenti, me permite hablar mucho más a menudo con mis amigas. Es una manera de mantener el contacto, aunque de una forma mucho más fría eso sí.
Desde luego, para mí esto jamás va a sustituir el hecho de que te sientes con alguien en persona a tomar un café y charlar toda la tarde.
La identidad digital nos permite gestionar la privacidad para decidir qué aspectos de nuestra vida hacemos públicos o compartimos con unos pocos, pero también para controlar qué saben de nosotros y cómo manejan nuestros datos las empresas, organismos e instituciones.
Muchas veces, si nos fijamos bien, mostramos lo que las propias compañías nos incitan a mostrar. Es el caso de Facebook por ejemplo, que son ellos los que nos proporcionan las preguntas que tenemos que contestar sobre nosotros mismos.
¿Pero qué ocurre con los jóvenes/adolescentes y las redes sociales? Un porcentaje muy alto son nativos digitales pero hay ciertos aspectos que tienen que desarrollar y concienciarse, lo que a su vez les caracteriza como huérfanos digitales.
No saben controlar y no se dan cuenta que lo que hagan ahora es una huella imborrable en Internet y perdurará años y años.
El vídeo que hemos visto representa muy bien esto. Cualquiera puede verte y quizá el día que te arrepientas sea demasiado tarde, por eso es mejor pensárselo dos veces antes de publicar algo.
En el ámbito educativo….¿se está trabajando? ¿se debería estar trabajando?
La escuela cree que no se debe trabajar en esto, pero como todos, ésta también se debe ir adaptando a las nuevas exigencias de la sociedad. Creo que sería muy importante y de gran ayuda para los alumnos, que desde los centros educativos se les ayudase a hacer un buen uso de las redes sociales.
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